domingo, 1 de junio de 2014

KAYAK DE PLASENCIA A CARCABOSO: PEREGRINOS DEL JERTE


Olvidemos por un momento esa imagen espectacular del Valle del Jerte que casi todos conocemos, esa imagen de los cerezos en flor, o de las bravas gargantas excavadas en el duro granito de Gredos, y rindamos un pequeño homenaje al río fértil y reposado que riega los campos extremeños desde Plasencia hasta su desembocadura con el Alagón, refresco ocasional para esos esforzados peregrinos que remontan el río siguiendo la Ruta de la Plata.

Este recorrido de 11 km se planificó embarcando cerca del puente de la autovía A66 en el término de Plasencia y terminando en el área recreativa de Carcaboso, allí donde el pasado mes de Mayo iniciamos otro descenso con final en Galisteo.
De esta forma hemos recorrido y constatado la navegación desde Plasencia hasta la desembocadura del río Jerte con el Alagón, en Galisteo, 27 Km aguas abajo, tramo amparado en los permisos de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
El inicio de este primer recorrido se proyectó buscando un punto de embarque accesible en coche, lo más próximo a Plasencia sin rebasar el límite permitido, la Central del Berrocalillo. Para ello elegimos el camino de servicio que parte del km 4,6 de la carretera local EX - 370 de Plasencia- Carcaboso y muere a escasos 100 metros del río. Más tarde descubrimos otro acceso más cómodo, a orilla del Jerte, sin  tener que utilizar la estrecha carretera de servicio de la CHT. (Ver plano de la ruta).

Escarmentado por los naufragios de la salida anterior por el Jerte, imaginándome bocabajo, inmerso a menudo bajo un firmamento de arena y algas sobre mi cabeza, allí donde mi brazo busca desesperadamente el tirador rojo del cubrebañeras, acobardado por la incertidumbre de quedar atrapado bajo las ramas de viejos olmos caídos, no hacía otra cosa que tratar de disuadir a mis compañeros de travesía para irnos a otros cauces más predecibles. Pero no lo logré.
-¡Allá vamos!, esta vez con los kayaks neumáticos. - ¡Al menos son más estables!.
Embarcamos en un precioso remanso del río dejándonos vencer por la tímida corriente, con el traqueteo lejano y cadencioso de los coches al atravesar las juntas de dilatación del puente de la E66.


Enseguida el rugido del agua va ganando intensidad, un primer rápido lleno de grandes piedras nos acecha, trazamos un zigzag buscando el mejor trayecto entre dos rocas para no empezar bocabajo este descenso.
Superado con éxito este inconveniente, encadenamos una serie de tramos tranquilos donde aprovecho para serenar también mi maltrecho ánimo.



Decidimos enseguida tomar tierra en una diminuta playita para aumentar la presión de inflado, ya que con la temperatura del agua, los kayak pierden rigidez y flotabilidad.
Pronto comienzan las estrecheces, más bien las penurias. -¡Estoy mayor!, lo reconozco al relatarlo.

Las copas de los árboles oscurecen el río y los arbustos dejan el hueco justo para reverenciarte ante ellos, como prueba de sumisión. Algunos incluso, te golpean, te miran mal y te zarandean para que desistas. Además, y no por casualidad, sino por simple física de fluidos, el agua se confabula y se encajona con desprecio, hasta el punto que oyes como te alza la voz. Dejas entonces de remar, y con la pala del remo en posición de ataque apartas las ramas de la cara, pareciendo más un Quijote fuera de lugar que un intrépido kayakista.

Pero esta vez los gigantes no logran derribarnos, y la tozudez de estos anchos kayaks nos salva de los primeros remojones.








De vuelta a la serenidad del río nos recreamos observando una naturaleza sosegada, donde una bandada de ánades comunes se eleva extrañada por nuestra presencia. Un centenar de metros más adelante, son las garzas las que rompen el silencio del Jerte aleteando perezosamente desde las ramas más escondidas. Por detrás, un solitario azulón nos adelanta en vuelo rasante, y sin cambiar su trayectoria aguas abajo, se pierde haciendo destellar su plumaje metálico.


En estas observaciones "Zen" estábamos, cuando de nuevo vemos brillar la lámina de agua, preludio de probables naufragios, y que solo la pericia y la suerte los evitaron.
Durante todo el trayecto esta era actividad principal, palear plácidamente en los remansos y tratar de salir a flote en los virajes del río con ramas por sombrero y telarañas de velo. De tal manera, que dentro del kayak llevábamos más polizones que Noé en su arca. Toda clase de insectos, en especial arañas y opilones, que a su pesar se convirtieron en  emigrantes accidentales,

-¡Cómo se agradece el neopreno!. Pese a lo incómodo que resulta llevarlo, al caer la tarde, caen también los kamikazes mosquitos tratando de acabar con los navegantes.

Y cuando más confiados bajábamos, el río nos reservaba alguna sorpresa. Primero nos engañaba llevándonos por un ramal infranqueable que tuvimos que remontar a contracorriente. Más tarde, y en tres ocasiones, tuvimos que saltar al agua para salvar grandes troncos atravesados, afortunadamente el río  no llevaba corriente, por lo que solo supuso unas pequeñas maniobras de izado de los kayaks.

Tres horas más tarde el Gps nos indicaba que el puente de Carcaboso se encontraba a vuelta de esquina, y así fue, con gran alegría para todos nosotros.

Sacamos las embarcaciones del agua, nos felicitamos por la travesía, y…  -¡Hala, a cambiarnos de ropa rápidamente que nos chupan la sangre, bajo agudos picotazos y manotazos fallidos!





LUGARES DE INTERÉS

CARCABOSO:

Parque de Miliarios 
Situados a la parte derecha de la Iglesia y en el que se pueden ver MILIARIOS que se han encontrados en el término del pueblo.
Un miliario es una columna que se colocaba en el borde de las calzadas romanas para señalar las distancias cada mil passus (pasos dobles romanos) es decir, cada milla romana equivale a una distancia de aproximadamente 1.481 metros.

Iglesia
En el pórtico de la Iglesia se pueden presenciar dos columnas miliarias, de la época de los emperadores Trajano (98-117) y Adriano (117-138), contemporáneos a los Santos Mártires patronos de la población.

Centro de interpretación de la calzada romana y ruta Jacobea
Abierto al público hace tan solo unos meses y que cuenta con documentos impresos para informar al Peregrino en su camino a Santiago, maquetas e información sobre la VIA DE LA PLATA.

Ayuntamiento
Situado en la Carretera de Valdeobispo nº 1.

  

PLANO DE LA RUTA:




Participantes: 
Charo Sánchez-Elez, Blanca Fernández, Emilio Herrera y Javier Sánchez